En esta edición especial de nuestra revista, queremos rendir homenaje a una figura clave en el desarrollo de la Alergia e Inmunología en Córdoba y en el país. El Dr. Víctor Hugo Croce. fue un referente indiscutido, maestro de varias generaciones, y un ejemplo de compromiso con la excelencia clínica, docente y humana. Compartimos a continuación unas sentidas palabras del Dr. Pedro Vucovich, que expresan con calidez y profundidad el reconocimiento de toda una comunidad profesional. 

Hasta siempre, Maestro

Tuve el honor de participar en su merecido homenaje. Hoy, al escribir esta despedida, reconozco que aquella celebración fue más sencilla. Las palabras fluyen con más facilidad cuando se trata de rendir tributo en vida. Despedir a un maestro, en cambio, exige más que palabras: exige memoria, gratitud y compromiso con su legado. 

El Dr. Víctor Hugo Croce. vivió una larga y fructífera vida. Dedicó décadas a su trabajo, destacándose por su excelencia profesional, y enfrentó la muerte con la misma dignidad que caracterizó su existencia. Fue un hombre íntegro, sobrio, exigente, confiable como colega y amigo. En su vida personal, un esposo, padre y abuelo ejemplar, siempre atento a su familia. 

Desde la Asociación de Alergia de Córdoba queremos destacar especialmente su inmenso aporte a nuestra especialidad. Víctor Hugo prestigió la Alergia e Inmunología como pocos, en Córdoba y en todo el país. Supo aportar seriedad científica y jerarquía en momentos en que la especialidad lo necesitaba con urgencia. Su legado profesional comenzó en el querido Hospital de Niños, continuó en la Universidad Católica —donde fue titular de cátedra y decano—, pero quienes lo conocimos bien sabemos que su verdadero prestigio se forjó en la práctica diaria, en su consultorio, en el trato esmerado con sus pacientes. “Horas de sillón”, solía decir con una sonrisa. Ese era su sello. 

A lo largo de su camino, contó con el apoyo de grandes referentes, como el Dr. Segura y el Profesor Guillermo Bustos. Pero también con los pilares más íntimos: su esposa Hilda, compañera de siempre, y en su madurez, su hijo Sebastián, motivo de orgullo y fuente de energía inagotable. 

En lo personal, me sentí honrado de trabajar a su lado en el Instituto. Había estado antes en otros centros de prestigio, pero ninguno me brindó el mismo nivel de orden, profesionalismo y calidez. Tuvimos nuestras diferencias, como ocurre entre personas apasionadas por lo que hacen, pero siempre nos unió un profundo respeto mutuo. Nuestra relación fue, por eso, enriquecedora. Víctor era un profesional de visión amplia, abierto a incorporar nuevos talentos, generoso con las oportunidades. 

Hoy lo despedimos con un fuerte, sincero y sentido aplauso.

Que ese aplauso también abrace a Sebastián y a toda su familia, para acompañarlos en este duelo. 

Gracias por tanto, Maestro. Hasta siempre.

Dr. Pedro Ricardo Vucovich
Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Italiano de Córdoba
psrvuco@arnet.com.ar

Este artículo no contiene material bibliografico

Para descargar el PDF del artículo
Hasta siempre, Maestro

Haga click aquí